En épocas pasadas los molinos eran los rascielos de hoy. Estos colosos del viento desempeñaban laborales muy importantes en la época, como la extracción de agua o molienda de grano. Su construcción era muy compleja y lenta, en 1986 se declaran bienes de interés cultural para avanzar en su protección y frenar su deterioro.

En Carfrape somos perfectamente conocedores de cada una de sus partes, fabricando desde el telar, chapitel, rueda terrera, botalón, aspas y palo guía, destacando estos como principales componentes.

MOLINO DE VIENTO EL MAESTRE

El molino de viento “El Maestre” recupera el chapitel y las aspas que le devuelven su aspecto original.

El molino data de finales del s XIX o principios del XX y es característico de la zona costera del Mar Menor donde eran habituales con el fin de extraer agua del subsuelo, dada la escasa profundidad del nivel freático, para convertir en regadío las tierras de secano. El molino “El Maestre”, de propiedad municipal, estaba ubicado en una finca agrícola en el lugar que actualmente ocupa la zona de estacionamiento de lo que fue el centro comercial abierto Hispania y cuyos nuevos dueños han denominado “Molino Plaza”, en honor al edificio catalogado con categoría de Monumento.

MOLINO DE LA CALCETERA

Molino de Sal, testigo de la elaboración del producto de las numerosas salinas que se explotaron desde muy antiguo en San Pedro del Pinatar. Se encuentra al final del paseo, unos 2 kilómetros, que parte de la playa de la Mota, conocida por sus baños de lodo.

Su misión era aportar agua del Mar Menor al conjunto de las Charcas Salineras, al igual que el molino que se encuentra al principio del paseo, el molino de Quintín. Está compuesto por una torre cónica cuya cubierta es giratoria, lo que permitía, mediante un largo timón, orientar el velamen hacia el viento de la forma más adecuada. Un sistema de engranajes trasladaba el movimiento hasta la parte inferior del molino, en la que una cinta de cangilones transportaba el agua desde el mar a los estanques.

MOLINO MONTE SACRO

El 18 de febrero de 1809, la junta municipal se reúne para que se adopten las medidas necesarias para el caso de que la ciudad fuera sitiada por el ejército francés. Una de estas medidas consistió en la construcción de dos molinos de viento dentro del recinto amurallado.

Uno de ellos MOLINO MONTE SACRO no se puso en funcionamiento hasta la sublevación de Cartagena de 1884, y estuvo en actividad hasta finales del siglo XIX.

A día de hoy La Casa Molino Harinero, que corona el Monte Sacro ya luce restaurada.

La rehabilitación de la estructura existente, conservando y recuperando todos los elementos originales y eliminando los añadidos que dañan o perjudican al Molino; y el recubierto de la cubierta chapitel, así como de las aspas y palo guía, para poner en valor el Molino.